Si hay algo que no tolero, es que me hagan sentir como si fuera una ingenua por decisiones que haya tomado. Para los (ya no tan cortos) 26 años que tengo, puedo decir que he vivido un poco de muchas cosas, sin miedos, sin ataduras, sin pensarlo demaciado y han sido las mejores experiencias de mi vida.
He gritado, he llorado, me he escapado, he viajado, he comido cosas extrañas, mentido, me han cachado en la mentira, he engañado, me han engañado, he querido, me han querido, he competido, reido, he estado bien ebria, he bailado, todo sin complejos ni mucho menos represiones.
Ahora si que llega el dicho de "No le quieras vender chiles a Herdez". Aún me quedan un chingo de cosas por vivir, pero hoy por hoy, no me vengan a decir que soy ingenua.
Para ser una persona ingenua, tienes que ser una persona buena por naturaleza y para mi desgracia (y muchas veces, también para los que me rodean) yo no soy una persona precisamente buena. Maquiavelo demaciado, planeo y al final las cosas siempre se hacen como yo chingados quiero, muevo, manipulo, utilizo, soy una culera de lo peor que navega con vela de pendeja para que nunca nadie sospeche. Por qué? Por que es mi naturaleza. Mis canas al final del día si cuentan historias.
De vez en cuando me topo con lo que mi madre llama "La horma de mi zapato". La persona que me quita lo "chinguetas" y lo "muy muy". No por eso soy ingenua, simplemente me topo con alguien más cabrón que yo. Y eso normalmente pasa cuando por chinguetas se me suben los humos y me los bajan a madrazos. Pero ingenua? Por favor!.
Tampoco soy la peor persona caminando sobre la faz de la tierra, tengo mi corazoncito por ahí. Pero muy rara vez me lo toco (y sólo por las personas que genuinamente quiero). Y bueno, tal vez me toca sufrir un poco y recordar que no soy tan invencible como me he hecho creer con los años, no pasa nada, al final, la que llora, la que sufre, o la que vive las cosas soy yo. Pero jamás en la vida me juzguen por eso, por que lo ODIO.
No soy tonta, no he vivido todo lo que he vivido y he logrado todo lo que he logrado por ser una pelmaza. Sé perfectamente mis movimientos, sé exactamente lo que hago y todo lo que hago es meramente egoista. Eso tal vez nadie (para no variar) lo entienda, pero es como yo veo las cosas. Yo no hago las cosas por los demás, las hago por mi y para mi bienestar, si eso no va acorde a los ideales ajenos me viene importando muy poco. Desde los 16 años dejé de pedirle permiso a mi mamá y no voy a pedirle permiso a nadie de hacer lo que yo quiera hacer.
Mi vida, mis maneras. Buena o mala... sigo siendo una persona sin un pelo de pendeja.
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